miércoles, 18 de noviembre de 2020

Líquenes y Algas, Contaminación y Muerte

 

                                       Fuente: El Caribe, Creador de imagen: Danny Polanco

Líquenes y algas: contaminación y muerte

                                    Por: Antonio Reyes Sena

La contaminación de los ríos es causada, principalmente, por las manos del hombre, ya que, este es único animal que daña el medio ambiente y el espacio donde cohabita con otras especies.

Los líquenes y algas forman la enseña, muestra de la esfera contaminante encontrada en las aguas que deberían ser, sin preocupación alguna, afluente de vida y calmante de la sed.

Los líquenes y algas cubren con su manto las porosidades de los ríos y las aguas que se van desoxigenando hasta quedar inertes, sin vida, estáticas.

Cuando vemos estas plantas en grandes proporciones son sinónimo de la pérdida de habita para las especies que se encuentras bajo la superficie del agua.

Las algas evitan que los rayos del sol traspasen la superficie y lleven oxígeno, luz y nutrientes al agua y por tanto desaparecen los peces, camarones y demás formas de vida dentro de las aguas.

Pero la presencia de estos elementos contaminantes es causa de la mano del hombre que vierte basura, tanto sólida como líquida dentro en las márgenes de los ríos y cañadas. Las especies que dependen de aguas diáfanas y cristalinas para subsistir ven tronchado su progreso a causa de la falta alimento y oxígeno.

Las algas y líquenes son los únicos organismos capaces de soportar estas alteraciones en el sistema de aguas fluviales, pero esta misma imagen, hermosa, a veces, es la palpitante muestra la muerte, que invade con la fuerza de un volcán, el ecosistema donde se desarrollan las especies de agua dulce y salobres. Pero esto no se queda ahí; también sus manos alcanzan los mares y océanos.

Una muestra de contaminación humana son los ríos Ozama e Isabela, los dos afluentes más impresionantes que surcan en centro del Gran Santo Domingo. Estos ríos, son la muestra fehaciente de la contaminación causada por la presencia humana en sus márgenes. Estos grandes brazos de agua se encuentran, casi en su totalidad, sin vida; donde la única imagen observada es la gran cantidad de algas y líquenes encontradas a cada paso en sus riveras.

Para lograr que estos ríos vuelvan a su estado natural, es necesaria la intervención de las mismas manos que lo infectaron, contaminaron, mutilaron y lo han llevado a un estado de agonía, ya casi sin vida y pidiendo auxilio para y a través de una operación logren un trasplante exitoso de su corazón y restaurar sus pulmones para que respiren nuevamente ese oxigeno que tanta falta le haces.

Vamos a recordar que el agua es la fuente de la vida y que nuestros ríos son los pulmones de nuestra Tierra.

Tenemos que saber que en solo tres décadas las aguas del Ozama y el Río Isabela han quedado inservibles para el consumo humano.

Yo me crie en navegando las aguas cristalinas de estos dos maravillosos ríos y espero verlo algún día en compañía de mis hijos. Bañarnos en sus suculentas aguas y volver a navegar sus riveras en búsqueda de peces y camarones como en aquellos días donde lo único que no se observaba eran algas y líquenes. 

                                              Antonio Reyes Sena

domingo, 8 de noviembre de 2020

 

Un día cualquiera

Un día cualquiera me levanto con el olor de

tus pupilas en mi almohada

un día cualquiera me abrazas y te abrazo para besar tu mirada

un día cualquiera deseoso de amor me amas

y amor y amar y amar amor

deslumbra la conquista de las pestañas y el sol

un día cualquiera quiero disfrutar de tus cabellos me acerco vagabundo

y de ternura te beso

un día cualquiera quiero transitar por la felicidad y miro de reojo

observo que eres tu

un día cualquiera observo de cerca el jardín de tus besos

y sonrío al saber que un día cualquiera son todos los días a tu lado

mientras un día cualquiera quiero disfrutar de tu encuentro

y a piel que te conoce hace transpirar las huellas de tus poros

por mi respirar y

un día cualquiera te vuelvo a decir que te amo

como un día cualquiera.

 

 

 

jueves, 22 de octubre de 2020

 

Destierro del amor

 

El encuentro furtivo, labios entrelazados por instantes fugaces

el temporal en espera de la desgracia

la piel destinada al sudor

los poros feromonando angustia

bajo los pliegues de los amantes

un destino

un destierro

un sueño destronado por la pesadilla de otros encuentros

la mirada infinita obscura desorientada

y ella que esperaba un amor verdadero y él

solo en soledad en compañía en desmentidos

eufóricos desnudos desiertos infinitos desenado a cada instante

otra piel otro rostro otras necesidades de amor

moribundo.

Ángel Negro

En Espera

 

Ella esperaba con el manantial desnudo

de sus piernas

pensaba instantes destilando amor

entre sus pupilas

desojando tulipanes en la sábana de su cuerpo

despiertos todos sus instintos específicos

él nunca deshojará instantes

la piel saboreará sudor no corazón

las manos sujetadas sin tocarse

sin enfrascarse en las venas

sin esculpir su silueta solo deslizando el sexo

el placer de una piel en otra carne

eso es carne en otros trinos

solo en soledad ella buscando compañía

él desenterrando soledades

ella deseando ser poseída

él desenado salir a otra vereda

ella sintiendo el amor entre sus poros

él deseando la ternura azucarada imposible

los dos felices en otras latitudes.  


Ángel Negro 

lunes, 11 de mayo de 2020

El Soneto por Antonio Reyes Sena




El Soneto

Introducción

La poesía es un ente vivo, ya que sale de las vísceras de su autor, expresa sus sentimientos, pensamientos y pasiones, aun cuando esto se niegue o desee ocultarse. La poesía entonces es perfección. Esta es así por los principios antes expuestos, además por su carácter de creación.

La perfección en la forma de expresión ha querido demostrarse, con ingenio, a través de los siglos y por todas la épocas, movimientos y generaciones literarias. Así, también por artistas de la tinta que no se encierran en ningunos de los caracteres antes mencionados. Pero sí se ha buscado una forma escritural igual para todos, aunque muchos solo respeten las normas más características.

El soneto representa esa búsqueda de perfección.

Concepto

Antes de hablar del concepto en sí del soneto debemos aclara su sentido epistemológico. La palabra soneto proviene de sonetto en italiano, que deriva a la vez de sonus (sonido en latín).

Ahora bien, podemos definir El Soneto como una composición poética de catorce versos de arte mayor endecasílabos (14 versos) en su forma clásica, dos estrofas de cuatro versos o cuartetos y dos de tres versos o tercetos. Este en sus orígenes tenía un formato para distribuir su contenido: el primer cuarteto presentaba el tema, el segundo lo amplia, mientras que el primer terceto, reflexiona sobre la idea central o expresa sentimientos ligado a este y el terceto final realiza una grave reflexión con sentimiento profundo, desatada por los versos anteriores, es decir, que, en el soneto, a la manera clásica, se presenta o puede observar, una introducción, un desarrollo y una conclusión.
Sus orígenes se remontan a la Sicilia (Italia) del Siglo XIII y de aquí se difundió por toda la Península Itálica. Sus precursores fueron: Pedro de Vignes, Guittone d´Arezzo, Guido Guinizzelli, etc. Éste último fue preceptor de Dante Alighieri, quien, en su obra Vita nouva, creó algunos sonetos de amor a su amada Beatriz. Para concluir con este apartado a Francesco de Petrarca se le considera el inventor del soneto, porque aparte de crearlo a menudo en su Cancionero (Canzoniere), con expresión sublime y ciertamente sutil, inspirado por Laura, su amada, le dejó establecida la imagen actual: dos cuartetos y dos tercetos, con el orden estable de la rima, y, sobre todo, porque fue él quien lo llevó al apogeo a partir del Renacimiento italiano. Desde ese momento Petrarca ha tenido poetas imitadores y seguidores en muchos países, en muchas lenguas, quienes han inmortalizado el soneto con el pasar del tiempo.

Desarrollo

El soneto clásico una combinación fija en sus dos cuartetos: el primer verso rima con el cuarto y el segundo con el tercero, dando más libertad en los tercetos. Los temas son muy variados y van desde lo satírico a lo amoroso y lo metafísico.

El soneto clásico fue cultivado por autores como: Lope de Vega, Miguel de Cervantes, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca y Sor Juana Inés. Cervantes utilizó la forma dialogada, no común. Los autores del Barroco juegan con la forma del soneto, pero no con su estructura esencial. Vamos a ver una muestra en Lope de Vega, en un soneto explicando su definición de soneto:

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

El Romanticismo no prestó mucha atención a esta forma poética, tanto así que, Bécquer cuenta con un único soneto en sus Rimas.

Céfiro dulce que vagando alado
entre las frescas, purpurinas flores,
con blando beso robas sus olores,
para extenderlos por el verde prado;

las quejas de mi afán y mi cuidado
lleva a la que, al mirar, mata de amores,
y dile que un alivio a mis dolores
dé y un consuelo al ánimo angustiado.

Pero no vayas, no; que si la vieras
y tomando sus labios por claveles
el aroma gustar de ellos quisieras,

cual con las otras flores hacer sueles
aunque a mi mal el término pusieras
tendría de tu acción celos crüeles.

En el soneto modernista se sigue, con frecuencia, el orden clásico de los cuartetos, pero se utilizaron también nuevas fórmulas escriturales, rompiendo así, con una tradición de antaños. En esta época aparecen varias innovaciones métricas: se utilizan versos de otras medidas. Además, aparecen sonetos polimétricos, que presentan en un mismo poema, versos de diferentes medidas, desde trisílabos hasta Alejandrinos. Un autor que realizó estos juegos fue Rubén Darío, máximo representante de Modernismo Hispanoamericano.

Horas de pesadumbre y de tristeza
paso en mi soledad. Pero Cervantes
es buen amigo. Endulza mis instantes
ásperos, y reposa mi cabeza.

Él es la vida y la naturaleza,
regala un yelmo de oros y diamantes
a mis sueños errantes.
Es para mí: suspira, ríe y reza.

Cristiano y amoroso y caballero
parla como un arroyo cristalino.
¡Así le admiro y quiero,

viendo cómo el destino
hace que regocije al mundo entero
la tristeza inmortal de ser divino!

Otro de los autores que rompió con el soneto tradicional fue Manuel Machado en su poema “Madrigal de madrigales”.

Una recuperación modernista es el sonetillo, que es un soneto de arte menor, como es el caso de Tomás de Iriarte. Los autores de la Generación del 27 utilizaron el soneto con mucha frecuencia. García Lorca lo cultivó en sus “Sonetos del Amor Oscuro”. El soneto mantiene su vitalidad hasta la posguerra gracias a escritores que lucharon por mantener su sonoridad, como es el caso de Blas de Otero, representante del movimiento español de La Poesía Social, desarrollado en España entre los años de 1950 y 1960. Durante los años 60 y 70 cayó en un relativo descuido, pero poetas posteriores lo han tomado, aunque con un cierto aire de ironía.

Si prestamos atención a un soneto clásico, veremos que, a veces se rompe la armonía y se convierte en algo caótico, esto por buscar mantener la rima y la cantidad de sílabas. Pero en sentido general es armonioso y musical.
En República Dominicana el soneto tuvo sus cultivadores como es el caso de Arsenio Jiménez Polanco en su libro “Sonetos Honrados al Rey” estos son de corte religioso. Juan Freddy Armando nos deleita con la escritura de algunos sonetos ricos en contenidos amorosos, sociales y metafísicos y uno dedicado a Rubén Darío
EL NENÚFAR DE DARÍO.

Yo quise haberle cantado al nenúfar como flor
pero cuentan que Machado mostró esa planta a Darío,
pues la había visto en sus versos con mucho brillo y primor.
“Hermano, no sé qué es eso” dijo Rubén hecho un lío.

Ignoraba su ancha hoja, desconocía su color,
Machado le dijo: “Es blanco, se acurruca con el frío,
tiene los rizomas largos y el agua le da rubor,
es nudoso, feculento, prefiere la posa al río.

Poeta, alégrate, poeta, porque estás lleno de amor:
sin conocerlo cantaste al griego macho cabrío
y un nenúfar inventaste para amarlo con candor.

No te preocupes, mi bardo, que en tu letra no hay baldío”
Y entonces Rubén Darío, contento y con pundonor,
le cantó en voz de tenor: “De mi nenúfar me río”.

Un poeta que sin dudas ha encontrado su pasión por le soneto es León David. En sus poemas se desgarra y desgarra. En su libro “Cincuenta Sonetos para Amansar la Muerte” podemos observar su gran destreza para utilizar de forma gloriosa sus habilidades para este cultivo. Debemos notar que sus temas sin existenciales y metafísicos.

Entre los dominicanos el soneto ha tenido sus grandes cultivadores, tomando las riendas de este verso elegante y sonoro para expresar su sentires y pasiones, aun que sin novedades aparentes hasta el Vedrinismo. En Virgilio Díaz Ordoñez se puede presagiar la tristeza al leer sus versos en este estilo. Mientras que para el postumista Domingo Moreno Jimenes nos regala sus sonetos de su primera etapa con un corte clásico. Franklin Mieses Burgos, Manuel Rueda, entre otros, fueron cultivadores de esta elegancia.

Maldije mi dolor, y, ciegamente
apure los placeres de la vida,
a la luz de la luna enternecida
o enroscado en la fulgida serpiente.
Tras cada ignoto anhelo o ansia ardiente
quedaba mi alma cándida Sumida
en un mar de estupor, y enmustecida
la flor de gasa y oro de mi frente
Hube de despertar, al fin, del sueño
y lejos de la senda del ensueño
vague mil veces con la faz tediosa.
Mas, a poco lance mi alado ruego,
y herido por la flecha del dios ciego
fui a implorar a la puerta de una hermosa.

Domingo Moreno Jimenes.

El soneto ha evolucionado y sin embargo a logrado mantener su sonoridad y estructura clásica en la mayoría de sus autores.




Referencias








La Poesía Sorprendida

La Poesía Sorprendida

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