Fuente: El Caribe, Creador de imagen: Danny Polanco
Líquenes
y algas: contaminación y muerte
La contaminación de los ríos
es causada, principalmente, por las manos del hombre, ya que, este es único
animal que daña el medio ambiente y el espacio donde cohabita con otras
especies.
Los líquenes y algas forman la
enseña, muestra de la esfera contaminante encontrada en las aguas que deberían
ser, sin preocupación alguna, afluente de vida y calmante de la sed.
Cuando
vemos estas plantas en grandes proporciones son sinónimo de la pérdida de
habita para las especies que se encuentras bajo la superficie del agua.
Las
algas evitan que los rayos del sol traspasen la superficie y lleven oxígeno,
luz y nutrientes al agua y por tanto desaparecen los peces, camarones y demás
formas de vida dentro de las aguas.
Pero la presencia de estos
elementos contaminantes es causa de la mano del hombre que vierte basura, tanto
sólida como líquida dentro en las márgenes de los ríos y cañadas. Las especies
que dependen de aguas diáfanas y cristalinas para subsistir ven tronchado su
progreso a causa de la falta alimento y oxígeno.
Las algas y líquenes son los
únicos organismos capaces de soportar estas alteraciones en el sistema de aguas
fluviales, pero esta misma imagen, hermosa, a veces, es la palpitante muestra
la muerte, que invade con la fuerza de un volcán, el ecosistema donde se
desarrollan las especies de agua dulce y salobres. Pero esto no se queda ahí;
también sus manos alcanzan los mares y océanos.
Una muestra de contaminación
humana son los ríos Ozama e Isabela, los dos afluentes más impresionantes que
surcan en centro del Gran Santo Domingo. Estos ríos, son la muestra fehaciente
de la contaminación causada por la presencia humana en sus márgenes. Estos
grandes brazos de agua se encuentran, casi en su totalidad, sin vida; donde la
única imagen observada es la gran cantidad de algas y líquenes encontradas a
cada paso en sus riveras.
Para lograr que estos ríos
vuelvan a su estado natural, es necesaria la intervención de las mismas manos
que lo infectaron, contaminaron, mutilaron y lo han llevado a un estado de
agonía, ya casi sin vida y pidiendo auxilio para y a través de una operación
logren un trasplante exitoso de su corazón y restaurar sus pulmones para que
respiren nuevamente ese oxigeno que tanta falta le haces.
Vamos a recordar que el agua
es la fuente de la vida y que nuestros ríos son los pulmones de nuestra Tierra.
Tenemos que saber que en solo
tres décadas las aguas del Ozama y el Río Isabela han quedado inservibles para
el consumo humano.
Yo me crie en navegando las
aguas cristalinas de estos dos maravillosos ríos y espero verlo algún día en
compañía de mis hijos. Bañarnos en sus suculentas aguas y volver a navegar sus
riveras en búsqueda de peces y camarones como en aquellos días donde lo único
que no se observaba eran algas y líquenes.
Antonio Reyes Sena